Estoy releyendo por cuarta vez El Exámen y, como debe suceder, cada vez que lo releo encuentro cosas nuevas, a saber:
-Cuando yo me despierto -dijo Juan- lo primero que se me ocurre como medida de emergencia es volver a dormirme.
-Lo que llaman cerrar los ojos a la realidad -dijo Andrés-. Ahora fijate en esto que es importante. Hablás de volver a dormirte y tratás de hacerlo. Pero te equivocás al creer que en esa forma te vas a replegar sobre vos mismo, que te vas a amurallar detrás de lo que te defiende de eso que está enfrente de vos. Dormir no es más que perderse, y cuando tratás de dormirte lo que estás buscando es una segunda fuga.
-Ya sé, una muertecita livian, sin consecuencias -dijo Juan-. Pero viejo, ése es el gran prestiio del dormir, la perfección del apoliyo. Vacaciones de sí mismo, no ver y no verse. Perfecto, che.
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"Con tan poca cosa puede un hombre ser feliz", pensó. "Ni siquiera un beso. Con tan poco,. La taza de té preparada con su mínima liturgia, un insecto dormido sobre un libro, un perfume viejo. Sí, casi la nada..." Siempre que se aceptara abandonarse a la sombra del árbol Bo, conformarse con ser feliz unas pocas cuadras en un poco tranvía.
Cosa que pasa N° 36
Hace 13 años.