Ella sabe que a mi edad se complica alimentarme por mis propios medios
Pero siempre terminamos riendo, porque nos queremos...
Lo que se cuenta es lo
que no se cuenta, un rayo, una
interrupcion ahí.
Lo que se dice es
lo que no se dice como la
espiga que brota
y calla su misterio y nadie
sabe qué pasa, qué soluna
o águila del sur
se lleva la llave de la tierra.
En un agujero negro cae
el aliento prohibido
que entra en un callejón
atado. Amor
retenido en su selva,
tan igorante de
lo que dice cuando dice, sabe
que estaba muerto hasta
que vio tu presencia
en la admrable forma de
pensamiento que volvió criatura, ala
de sol en el camino inverso
que se camina a corazón.
Qué suerte que viniste, justo te necesitaba.
Qué suerte que viniste, tenemos tanto para hablar.
Si ya no están tus ojos, de cielo gris,
y aunque extrañe tu alma en español,
no importa si no escucho tu voz.
No sé si te conozco,
no sé a qué cosas renunciaste para darme vida.
Quisiera que me digas por qué jamás
nos encontramos en una caricia,
si nuestras risas se escuchaban juntas,
tus pasos firmes y los míos que te seguían,
por qué en vez de amarte te temía.
Qué suerte que viniste,
ahora entiendo tantas cosas que antes no veia.
Quisiera que me digas por qué jamás
nos encontarmos en una caricia,
si nuestras risas se escuchaban juntas,
tus pasos firmes y los míos que te seguían,
por qué en vez de amarte te temía.
Qué suerte que viniste, justo te necesitaba.
Qué suerte que viniste, tenemos tanto para hablar.
Mirame con tus ojos de cielo gris,
hablame con tu alma en español, mirame con tu corazón.
No no no no no no no ves, que ahora estoy más cerca de tu amor