Las vueltas de la vida, dicen

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-Cuánto?
-Veinte, dos horas...
-Te doy doscientos si te quedas conmigo a desayunar...
-Dale, vamos...

Marcos era un tipo muy solitario, como pueden ver en el diálogo que tuvo con Marcela, la prostituta que vivía en el conventillo de la otra cuadra. Era muy solitario no porque no tuviera familia o amigos, sino porque le costaba mucho iniciar relaciones con gente nueva, y a Marce la conocía desde hacía ya algún tiempo.
Al otro día desayunaron juntos, se contaron sus vidas y sus deseos. Marce había empezado a laburar porque no podía conseguir trabajo y necesitaba pagar la piecita del conventillo de La Choni.
Marcos laburaba en una oficina del centro, como asistente de algo, y le dijo a Marce que iba a hablar con el jefe, a ver si le podía dar laburo a ella.

Esa noche, al volver del laburo, Marcos se cruzó con Marcela, y fueron a lo de él a tomar unos mates. Marcos le dijo que su jefe necesitaba alguien que limpiara la oficina y cocinara para ellos al mediodía, la plata no era mucha, pero valía la pena intentar. Marcela no pudo evitar darle un beso a Marcos, de lo contenta que estaba. Esa noche tuvieron lo que Marcela dió en llamar ¨el polvo más feliz de mi puta vida¨.
A la noche siguiente volvieron a tener sexo. Marce había dejado ¨la vida¨, y la verdad era que tenía sexo con Marcos porque él le parecía un buen tipo, y además le había conseguido un laburito.
No pudieron evitar enamorarse.

No sé qué habrá sido de la vida de ellos, pero me mandaron una foto que se sacaron hace poco....


6 pensantes:

fla-q-cha dijo...

=)

fla-q-cha dijo...

=)

fla-q-cha dijo...

=)

Amperio dijo...

La sordidez de la historia, su contexto y su ternura, me hacen acordar al romance del Aniceto y el Pancho, compañero.

Nerón dijo...

Flaqcha: te hice sonreir tres veces?

Amperito: EL aniceto y el pancho se pusieron una despensa en Caraza, donde nadie los mira feo por apoyarse atras del mostrador...

Paula dijo...

Puta, moquié.