qué pasa panza?

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qué pasa panza?
que estas tan redonda
que no dejas dormir
a tu mamá,
y te antojas de frutillas
a las tres a.m.?

qué pasa panza?
que te da hipo
de madrugada,
que pateas
y juegas con tu papá?

estás inquieta y querés
salir a ver el mundo
en un barquito de papel

yo te llevaré, panza,
cuando salgas,
a ver maravillas
sin despegar
del pecho de tu mamá

te esperamos,
panza,
para saber
si tendrás mi nariz,
o las orejas de mamá,

te amamos,
panza,
queremos verte
de una buena vez.
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andan, con la mirada buscan
traspasan los muros
las puertas, las personas
preguntando, rogando un dato,
una esperanza,
mostrando una foto gastada
desesperadamente,
juntándose con otros
con idéntico caso
en las plazas
en los medios de difusión
por toda la ciudad
por todos lados
y por las calles andan y preguntan
quién los llevóa dónde, dónde.
La oscuridad no cesa todavía
pero dónde, en qué lugar los...
si es que los...
para acabar con esto de una buena vez
para acabar con esto de una buena...
andan, con la mirada buscan
traspasan los muros
las puertas, las personas
preguntando, rogando un dato,
una esperanza,
mostrando una foto gastada
desesperadamente,
juntándose con otros
apretando los puños
exigiendo la vida, la vida...
pañuelito blanco
bajo la llovizna
bajo un sol de fuego
sea donde sea
pañuelito blanco
que me estás buscando
que estás esperando
una respuesta mía
la hallarás el día en que el hombre
sea hombre
cuando no sea esclavo
de su cobardía.

elogio del equilibrio (II)

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La vida da muchas vueltas -amenzó el borracho sentado en el borde del andén, cuando me negué a tirarle un pucho desde la ventana del tren.

El otro día una amiga me contaba que una amiga suya, una lucecita, se había apagado para siempre. Casi al mismo tiempo, un amigo muy cercano me contaba que va a ser papá por primera vez. Hace un rato me enteré de la muerte del padre de un amigo.

La vida da muchas vueltas, es un toma y daca. Una vez alguien me dijo que la gente moría para dejarle lugar a los que naces, porque sino, no hay mundo que aguante.

metodología

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las piernas juntas,
la mirada perdida,
los zapatos gastados,
el pucho colgando de la boca,
el pie derecho
siguiendo un ritmo inaudible
que viene de los rincones mas remotos
de tu cabeza,
el pie izquierdo quieto
como un pez muerto en una playa
sin arenas blancas,
la camisa raída, sucia de tiempo
la barba demasiado gris para ser vos,
el mate en la mano derecha, con yerba podrida

EL ÁNGEL DE LO ESTRAMBÓTICO

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Era una desapacible tarde de noviembre. Yo acababa de tomar una desacostumbrada comida suculenta de la cual la apetitosa trufa no era la parte menos importante, y estaba solo, sentado en el comedor, con los pies en el guardafuegos de la chimenea, y junto a mí una mesita que yo había arrastrado junto a la lumbre en la cual había algunos requisitos para los postres con diversas botellas de vinos y licores. Aquella mañana yo había estado leyendo el Leónidas, de Glover; Epigoniada, de Wilkie; la Peregrinación, de Lamartine; la Columbiada, de Barlow; la Sicilia, de Tuckerman; y las Curiosidades, de Griswold. De forma que, lo confieso de buen grado, entre unas cosas y otras me sentía un poco aturdido. Me esforcé en aclarar el cerebro mediante frecuentes tragos de «Laffitte», y como todos los recursos me fallaron, acudí, no sabiendo ya qué hacer, a un periódico que encontré a mano. Después de haber leído muy atentamente la columna de las «casas de alquiler» y la de «perros perdidos», y a continuación las dos columnas de «esposas y novicias fugadas», ataqué con gran resolución el tema editorial, y luego de leerlo de arriba abajo sin entender ni una sílaba, concebí la posibilidad de que estuviese escrito en chino, y por ello volví a leerlo de cabo a rabo, pero no con resultado más satisfactorio. Estaba a punto de arrojar con repugnancia

«Este infolio de Cuatro páginas, obra feliz

que ni siquiera los poetas critican»

cuando sentí que mi atención era arrastrada hacia el párrafo que sigue:

«Los caminos que llevan a la muerte son numerosos y extraños. Un periódico de Londres menciona el fallecimiento de una persona debido a causas singulares. Estaba jugando al «soplo de la flecha» que se juega con una larga aguja insertada en una pelota de estambre y que se dispara al blanco empleando un tubo de latón. Colocó la aguja en el lado contrario del tubo y aspiró aire con fuerza para soplar después con más energía, aspiró, a la vez, sin querer, la aguja, que se introdujo en su garganta, llegó hasta los pulmones, y en pocos días, el hombre murió.»

Al leer esto me puse furioso sin saber en realidad por qué.

—¡Esto es una vil falsedad! —exclamé—. Es una estupidez, el engendro de algún infeliz gacetillero, de algún despreciable inventor de bulos. Esos individuos, conociendo la inconcebible incredulidad de nuestra época, emplean su pobre caletre en imaginar casualidades improbables, accidentes extravagantes como ellos les llaman, pero para una inteligencia que sepa reflexionar (como la mía, añadí a modo de paréntesis, apoyando inconscientemente un dedo sobre un lado de mi nariz) para un entendimiento reflexivo como el que yo poseo, parece en un principio, cosa evidente, que ese aumento asombroso de tales «sucesos extravagantes», es, con mucho, el suceso más estrambótico de todos. Por mi parte, me propongo no dar crédito en adelante a nada de lo que ofrezca algo de «singular».

Mein Gott! ¡Ser usted muy tonto para decir eso! —me replicó una de las voces más curiosas que jamás oí.

Primero la tomé por un simple zumbar de oídos, como a veces le ocurre a uno cuándo ha bebido demasiado, pero acto seguido, y pensándolo mejor, juzgué que aquel sonido más bien se parecía al que produce un barril vacío cuando le golpean con un palo; y la verdad es que por tal lo hubiese tomado, a no ser por su articulación en sílabas y palabras. No soy en modo alguno de temperamento nervioso, y los pocos vasos de «Laffitte» que había bebido sirvieron para darme algunos ánimos, de manera que no sentí la menor turbación y me limité a alzar los ojos calmosamente, y mirando en derredor busqué atentamente por la habitación al intruso. Aun así, no pude ver a nadie.

—¡Hum! —exclamó de nuevo la voz, mientras yo continuaba con mi inspección—. Usted estar más borracho que un cerdo, porque no me ve sentado aquí, a su lado.

Entonces se me ocurrió mirar siguiendo la dirección de mi nariz, y, en efecto, vi sentado a la mesa, ante mí, a un personaje jamás descrito, aunque no del todo indescriptible. Su cuerpo era parecido a una barrica de vino, a una pipa de ron o algo por el estilo, y tenía un aspecto verdaderamente «falstaffiano». En su extremidad inferior se insertaban dos barrilitos que parecían responder a las funciones de unas piernas. En lugar de brazos colgaban de la parte superior de su armazón dos botellas medianamente largas, con los cuellos hacía abajo, oficiando de manos. Como cabeza sólo veía en aquel monstruo una de esas cantimploras de Hesse parecidas a una gran tabaquera con un agujero grande en medio de su tapa. Aquella cantimplora (que mostraba un embudo en su remate en forma de casco de guerrero inclinado sobre los ojos), estaba puesto de canto sobre la pipa, con su orificio hacia mí, y por aquel orificio la extraña criatura emitía ciertos ruidos sordos, prolongados, como gruñidos, que para él sin duda alguna eran palabras inteligibles.

—Yo decirle a usted —dijo— que debe estar más borracho que un cerdo porque usted estar sentado ahí y no verme sentado aquí; y yo decirle también que usted ser más bestia que un ganso, porque no creer lo que está impreso en ese papelote. Todo lo que decir ahí ser verdad, y mucha verdad que hay en todas sus palabras.

—Le ruego que me diga quién es usted —solicité con mucha dignidad, aunque algo perplejo—. ¿Cómo ha entrado usted aquí? ¿De qué me está hablando?

—¿Cómo venir yo aquí? —interrogó a su vez aquel muñeco—. Eso no importarle nada. Y lo que yo hablar ahora, hablar lo que quiero, y, ¿quién ser yo? Yo venir aquí para que usted verme con sus propios ojos.

—Usted no es más que un borracho vagabundo —respondí—, y voy a hacer sonar la campanilla para que venga mi criado y le expulse a la calle a puntapiés.

—¡Je, je, je! —rió el extraño individuo—. ¡Ju, ju, ju! Usted no poder hacer eso.

—¡Que no puedo hacerlo! ¿Qué quiere decir con eso? Bien, ¿así que no puedo hacerlo, eh?

—Haga sonar la campanilla —dijo, esbozando una mueca sarcástica, con su diminuta y repugnante boca.

Entonces hice un esfuerzo para levantarme y llevar a cabo mi amenaza; pero aquel bellaco se inclinó sobre la mesa con muy mala intención, y por encima de ella logró aplicarme un golpe en la frente con el cuello de una de sus largas botellas, arrojándome de espaldas sobre el sillón del que ya me había levantado a medias. Me sentía completamente aturdido, y durante un momento no supe lo que hacía. Mientras tanto, él continuó charlando.

—Usted ya ver que convenirle estar quieto. Y ahora, ¿saber usted quién soy yo? ¡Míreme! ¿Lo ve usted? Yo ser el Ángel de lo Estrambótico.

—Y muy extraño, por cierto —me atreví a contestar—. Pero yo siempre había imaginado que los ángeles tenían alas.

—¡Alas yo! —gritó, exasperado—. ¿Qué hacer yo con alas? Mein Gott! ¿Pensar usted que yo ser un pollo?

—No... ¡Oh, no! —repliqué, muy alarmado—. Usted no es un pollo... Verdaderamente no lo es.

—Así gustarme usted; estar quieto y tener mucho cuidado, sino yo darle otro golpe. Ser el pollo quien tener alas, y el búho quien tener alas, y el demonio quien tener alas, y el diablo mayor quien tener alas. El ángel no tener alas, y yo ser el Ángel de lo Estrambótico.

—Y el asunto que le trae es... es...

—¡Mi asunto! —exclamó el engendro—. Usted ser un mal educado porque preguntar a un caballero y a un ángel por sus asuntos.

Aquel lenguaje era algo más de lo que yo podía soportar, aunque fuese el de un ángel, y así, armándome de valor, agarré un salero que estaba a mi alcance y lo arrojé a la cabeza del intruso. No sé si lo esquivó o yo erré el golpe porque todo cuanto pude conseguir fue hacer pedazos el cristal que protegía la esfera del reloj que se hallaba sobre la chimenea. En cuanto al ángel, demostró el efecto que le había producido mi ataque, asestándome como antes, dos o tres fuertes porrazos en la frente. Los golpes me sometieron inmediatamente, y aunque me avergüence tener que confesarlo, ya fuese por dolor o por el disgusto, acudieron algunas lágrimas a mis ojos.

Mein Gott! —exclamó el Ángel de lo Estrambótico, al parecer muy apaciguado al darse cuenta de mi angustia—. Mein Gott! Este hombre o estar muy borracho o estar muy afligido. Usted no deber tragar tanto vino fuerte..., usted tener que echar agua en el vino. Tenga, usted beber esto como buen muchacho y no llorar más... ¡No más!

Y al decir esto, el Ángel de lo Estrambótico acabó de llenar mi vaso (que estaba medio terciado de oporto), con un fluido incoloro que vertió desde una de sus botellas-manos. Pude observar cómo aquellas botellas mostraban rótulos alrededor de sus cuellos y que los rótulos decían: «Kirschenwasser».

Tanta bondad por parte del ángel me apaciguó mucho, y ayudado por el licor que diluyó en mi oporto repetidamente, por fin pude recuperar bastantes ánimos para escuchar sus extraordinarias palabras. No pretendo referir todo lo que me contó, pero algo pude recoger de lo que dijo: que él era el genio que presidía a los «contratiempos» de la humanidad y cuya misión consistía en producir los «extraños contratiempos» que continuamente asombran a los escépticos. Una o dos veces, al arriesgarme yo a expresar mi total incredulidad respecto a sus pretensiones, él se indignó hasta el punto de que la mejor política me pareció ser no decir una sola palabra y dejarle decir cuanto quisiera. Entonces siguió hablando largo y tendido, mientras yo no hacía más que recostarme en el sillón con los ojos entornados y distraerme mascando pasas y disparando hacia aquí y hacia allá sus rabitos; pero el ángel, de repente, opinó que aquella actitud mía era despreciativa. Se puso en pie muy furioso, hundió el embudo hasta los ojos, soltó un taco, pronunció una amenaza cuyo sentido no pude comprender, y por fin me saludó inclinándose profundamente y deseándome en el lenguaje del arzobispo del Gil Blas, beaucoup de bonheur et un peu plus de bon sens.

Su retirada me alivió. Los «muy pocos» vasos de «Laffitte» que me había bebido me produjeron modorra y sentí ganas de echar una siesta de quince o veinte minutos, como tengo por costumbre hacer después de comer. A las seis tenía una cita importante a la que no podía faltar. La póliza de seguro de mí domicilio había expirado en el día anterior; y por haberse producido cierta desavenencia se había convenido en que a las seis yo debía presentarme ante el Consejo de Directores de la compañía para ponernos de acuerdo contra los nuevos términos de una renovación de la póliza. Alcé los ojos hacia el reloj de la chimenea (porque me sentí muy amodorrado para molestarme en consultar mi reloj de bolsillo) y tuve la satisfacción de ver que aún disponía de veinticinco minutos. Eran las cinco y media y podía llegar a la oficina de seguros en el espacio de cinco minutos. Mis siestas ordinarias no habían pasado nunca de los veinticinco minutos; así, pues, me sentí suficientemente tranquilo y me dispuse a dormir.

Cuando desperté consulté nuevamente el reloj y casi estuve a punto de creer en la posibilidad de los accidentes extraños al ver que en lugar de mis veinticinco minutos de costumbre sólo había dormido tres. Por lo tanto, aún faltaban veintisiete para la hora de la cita. De nuevo me adormecí y, finalmente, volví a despertar, cuando con gran asombro noté que «todavía» seguían faltando veintisiete minutos para las seis. Me levanté de un salto para examinar el reloj y vi que se había parado. El del bolsillo me informó que eran las siete y media. Por lo tanto, había dormido un par de horas y ya era demasiado tarde para acudir a mi cita. «Lo mismo da; acudiré a la oficina mañana por la mañana y me excusaré, pero, ¿qué le habrá pasado al reloj?», me dije a mí mismo. Lo examiné y descubrí que uno de los rabitos de las pasas que yo había disparado en todas direcciones mientras charlaba con el Ángel de lo Estrambótico se había introducido por el roto cristal de la esfera y se había alojado, cosa extraña, en el orificio de la llave, con uno de sus extremos sobresalientes y así había detenido el avance del minutero.

«¡Ah! —me dije—. Ya veo lo que ha pasado. Esto se explica por sí solo. ¡Un accidente natural, como “tienen” que suceder de vez en cuando!»

No quise pensar más en ello, y a mi hora acostumbrada me fui a la cama. Una vez en ella, después de colocar una bujía en un velador junto a la cabecera, y esforzarme por leer atentamente unas páginas de la Omnipresencia de la Divinidad, por desdicha me quedé dormido en menos de veinte segundos, dejando la luz encendida.

Mis sueños fueron terroríficamente perturbados por las visiones del Ángel de lo Estrambótico. Me pareció que estaba al pie de la cama, descorría las cortinas, y con los huecos y molestos sonidos de una barrica de ron me amenazaba con la más amarga venganza por el desprecio con que yo le había tratado. Terminó su larga peroración quitándose el embudo-sombrero, introduciendo su cuello en mi gaznate, e inundándome así con un océano de Kirschenwasse, que vertía en continuo chorro desde una de las botellas de largo cuello que le servían de brazos. Mi angustia llegó a ser insufrible y desperté en el momento preciso en que pude ver una rata que se escabullía llevándose encendida la bujía del velador sin que me diera tiempo para evitar que escapara con ella por el agujero de su nido. Pronto llegó hasta mis narices un olor sofocante y comprendí en el acto que la casa se había incendiado. En pocos minutos las llamas se extendieron con enorme rapidez y al cabo de unos minutos más, toda la casa estaba envuelta en llamas. Habían quedado cortadas todas las salidas de la habitación, excepto la de la ventana. La muchedumbre que se había reunido en el exterior alzó a toda prisa una escalera de mano. Por medio de ella comencé a descender rápidamente y con aparente seguridad, cuando a un enorme cerdo cuya rotunda panza y aun todo su aspecto y fisonomía me hacía recordar al Ángel de lo Estrambótico, se le ocurrió rascarse la paletilla derecha, y no encontró mejor lugar que hacerlo contra el mismo pie de la escalera. Instantáneamente, caí precipitado al vacío y tuve la desgracia de fracturarme un brazo.

Aquel accidente, con la pérdida de mi seguro y la pérdida más grave aún de mis cabellos que habían resultado totalmente chamuscados por las llamas, me predispuso a pensar muy seriamente, y así decidí finalmente tomar esposa.

Había una viuda desconsolada por la muerte de su séptimo esposo, y a su alma lacerada ofrecí el bálsamo de mi juramento de amor. Accedió, con desgana, a mis súplicas. Me arrodillé a sus plantas lleno de gratitud y adoración. Se sonrojó e inclinó sus abundantes cabellos sobre los míos también abundantes y que me había procurado Gradjean el peluquero. No sé cómo ambas cabelleras se enredaron, pero así ocurrió. Me puse en pie luciendo una brillante calva, sin peluca, y ella, desdeñosa y airada, quedó casi envuelta en cabello ajeno. Así terminaron mis esperanzas para con la viuda; por un accidente que no podía haberse previsto, sin duda alguna, pero causado por las naturales consecuencias de los acontecimientos.

A pesar de ello, y sin desesperar, emprendí el asedio de un corazón menos implacable. Los hados me fueron de nuevo propicios por breve tiempo. Encontré a mi amada en una alameda abarrotada por la flor y nata de la ciudad, y me apresuré a saludarla con una de mis más rendidas inclinaciones, cuando una menuda partícula de extraña materia, alojándose en uno de mis ojos, me dejó, por el momento, ciego. Antes de que pudiese recuperar la visión, la dama de mis amores ya había desaparecido irreparablemente ofendida por lo que se le antojó suponer era premeditada grosería, al pasar sin saludarla. Mientras yo me sentía anonadado por lo súbito de aquel accidente (que, sin embargo, hubiese podido ocurrirle a cualquier persona bajo el sol) y mientras continuaba privado de la vista, se me acercó el Ángel de lo Estrambótico, ofreciéndome su ayuda con una cortesía que yo no tenía motivos para esperar. Examinó mi ojo enfermo con mucha delicadeza y tino, me informó de que tenía en él una gota (fuese lo que fuere aquella «gota»), me la quitó y me dejó muy aliviado.

Entonces opiné que me había llegado la hora de morir (puesto que la desdicha se había propuesto perseguirme de aquel modo), y en consecuencia, me acerqué hasta el río más próximo. Allí me desnudé (puesto que no hay motivo para no morir como hemos nacido) y me arrojé de cabeza al agua; el único testigo de mi desgracia era una solitaria corneja que al parecer había sido tentada a picotear grano saturado de aguardiente, y luego se había apartado de sus compañeras haciendo eses. Apenas había yo penetrado en el agua cuando a aquel pajarraco se le ocurrió emprender el vuelo llevándose consigo las prendas más indispensables de mi indumentaria. Aplazando, pues, por el momento, mis propósitos suicidas, introduje como pude las extremidades inferiores en las mangas de mi levita y emprendí la persecución de la delincuente con toda la celeridad que el caso requería y permitían las circunstancias. Pero mi mala suerte me persiguió una vez más. Mientras yo corría velozmente, mirando hacia arriba, y sin pensar en otra cosa que en la ladrona de mis propiedades, advertí de pronto que mis pies habían abandonado la tierra firme; lo que acababa de suceder era que había ido a caer en un precipicio y me habría hecho pedazos de no tener la buena suerte de asirme al largo cabo de arrastre que pendía desde un globo que en aquellos instantes navegaba sobre mi cabeza.

Apenas hube recobrado mis sentidos para comprender la terrible situación en que me hallaba, o mejor dicho, en que colgaba, recurrí a toda la fuerza de mis pulmones para lograr que aquella situación fuese conocida por el aeronauta que se encontraba sobre mi cabeza. Pero durante largo tiempo, mis esfuerzos resultaron inútiles. O el muy necio no me vio o el muy canalla no quiso oírme. Mientras tanto, el globo ascendía rápidamente, a la vez que mis fuerzas estaban abandonándome. Pronto me vi en la necesidad de tener que resignarme a mi destino y dejarme caer tranquilamente al mar, cuando súbitamente renació en mí la esperanza al oír una voz cavernosa que llegaba desde arriba y que parecía canturrear perezosamente el aria de una ópera.

Miré hacia arriba y vi al Ángel de lo Estrambótico. Estaba apoyado, con ambos brazos cruzados, sobre el borde de la barquilla. Fumaba una pipa pausadamente; parecía estar en paz consigo mismo y con el universo entero. Yo me sentía agotado en tal forma que no podía ni hablar. Lo único que hice fue mirarle con gesto de súplica.

Durante algunos minutos, aun cuando él me miraba directamente, nada dijo. Luego, trasladando cuidadosamente su pipa de espuma de mar de un ángulo a otro de su boca, se dignó hablarme:

—¿Quién ser usted y qué diablos hacer aquí? —preguntó.

Ante tal muestra de descaro, crueldad y afectación, sólo pude responder:

—¡Ayúdeme!

—¿Que le ayude? —interrogó el muy canalla—. Yo no. Ahí va la botella y ayúdese usted mismo... ¡y váyase al diablo!

Y diciendo esto, dejó caer una pesada botella de Kirschenwasser, que al tocar con absoluta precisión mi coronilla, supuse que me había saltado los sesos. Impresionado por esta idea, ya estaba a punto de soltar mi presa en el cabo y entregar mi alma con enorme resignación, cuando me contuvo el grito del ángel invitándome a continuar asiendo el cabo.

—¡Usted aguantar! —exclamó—. ¡No precipitarse, no! ¿Querer usted tomar la otra botella? ¿O habérsele pasa— r do la borrachera y no saber qué hacer?

Me apresuré a mover la cabeza dos veces, una en r sentido negativo, significando que prefería por el momento no tomar la otra botella, y otra en sentido afirmativo queriendo decir que no «estaba» borracho y «había» recuperado mis sentidos. Así logré ablandar algo al ángel.

—Y ahora, ¿usted creer por fin, usted creer en la posibilidad de lo estrambótico? —preguntó.

De nuevo moví la cabeza con gesto afirmativo.

—¿Y usted haber creído en mí, en el Ángel de lo Estrambótico?

Asentí otra vez con movimiento de cabeza.

—¿Y usted reconocer que el ciego, el borracho y el tonto ser usted?

Dije que sí nuevamente.

—Poner pues su mano derecha en bolsillo derecho de sus pantalones en prueba de que usted someterse al Ángel de lo Estrambótico.

Aquello, por razones evidentes, me pareció cosa imposible de hacer. En primer lugar porque mi brazo izquierdo se había fracturado al caer de la escalera, y, por lo tanto, al soltar la mano derecha me habría precipitado en el vacío. En segundo lugar, yo no podía tener pantalones hasta que hubiese capturado a la corneja. Por lo tanto, me vi obligado, sintiéndolo mucho, a sacudir la cabeza en forma negativa, dando a entender al ángel que aquél no me parecía el momento más oportuno de atender su petición. Pero apenas había cesado yo de mover la cabeza cuando rugió el Ángel de lo Estrambótico:

—¡Entonces, usted irse al diablo!

Y al pronunciar estas últimas palabras, con un afilado cuchillo cortó el cabo de arrastre del que yo pendía, y como dio la casualidad de que me encontraba precisamente encima de mi casa (la cual, durante mi peregrinación, había sido bellamente reconstruida), ocurrió que caí de cabeza por su chimenea, yendo a parar al hogar de mi comedor.

Al recobrar el sentido (porque la caída me había aturdido por completo), descubrí que eran las cuatro de la madrugada. Me hallaba tendido en el mismo sitio en que había caído desde el globo. Mi cabeza se apoyaba en un montón de cenizas apagadas mientras mis pies reposaban sobre una mesita derribada y entre los fragmentos de un revoltijo de postres mezclados con un periódico, algunos vasos rotos, botellas hechas pedazos y un jarro vacío de Kirschenwasser de Schiedam. Así se había vengado el Ángel de lo Estrambótico.

Cazadora cazada

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Adivinen quién es
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Fuegos de Octubre

una lengua
recita los mantras:
gutural, esbelta, afilada
se inicia en las tinieblas
de la garganta de Umak
se congregan
las sacerdotisas
de Meh,
sombras en las sombras
e inician su danza.
los fuegos
comienzan su canto.

es la gran noche.

la oscuridad
se apodera
de las costas de Kmeth
suenan los tambores
para celebrar.

es la gran noche.
es la última noche.
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Hace algún tiempo Bater posteó esta genialidad de la animación y la locución.

Preguntas que me quedan de ayer...

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Nadie sabe que si faltan fiscales, pero esta el presidente de mesa, la mesa abre igual? Y que los fiscales son responsabilidad de los Partidos? No saben que si falta el presidente de mesa, no tienen que esperar que venga alguien a votar a esa mesa, sino que un efectivo de Policia o Prefectura tiene que detener al primer perejil que pasa por la vereda y meterlo a presidente de mesa de prepo? Y que ese perejil no se puede negar? Nadie parece saber que a las 18 se cierra la puerta de la escuela y los que se quedan afuera se joden, y los que quedan adentro votan?
Las fiscales de las mesas femeninas, no saben que las embarazadas y personas mayores tienen prioridad? Y que si se presenta una persona discapacitada, y no se puede acercar a la mesa, se tienen que movilizar ellos con urna y un oficial hasta el discapacitado en cuestion y garantizarle la privaciadad para sufragar, asi sea dentro de un automovil? Y que mientras ellos se movilizan de este modo, otro oficial debe resguardar el cuarto oscuro de la mesa en cuestion?

No, no me molesta que haya ganado CFK, tampoco me pone contento. Yo no la voté, pero la prefiero antes que a otros que dicen estar preparados al 100%....

Nuevo BLog

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Y si, a la doña se le hace el chivo de onda, vio?

La Neronia tiene BLog!!!!

esta cancion siempre me gusto.

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Qui dove il mare luccica,
E tira forte il vento
Sulla vecchia terazza
Davanti al golfo di surriento
Un uomo abbraccia una ragazza
Dopo che aveva pianto
Poi si sciarisce la voce
E ricomincia il canto

Te voglio bene assai
Ma tanto tanto bene sai
e una cantena ormai
Che sciogliei sangue dint'e vene sai...

Vide le luci in mezzo al mare
Pens alle notti l in àmerica
Ma erano solo le lampare
E la bianca scia di un'elica
Sent il dolore nella musica
E si alz dal pianoforte
Ma quando vide uscire
La luna da una nuvola
Gli sembro pi dolce anche la morte

Guardo negli occhi la ragazza
Quegli occhi verdi come il mare
Poi all'improvisso usci una lacrima
E lui credette di affogare



Te voglio bene assai
Ma tanto tanto... bene sai
e una cantena ormai
Che sciogliei sangue dint'e vene sai...

Potenza della lirica
Dove ogni dramma un falso
Che con un po'di trucco e con la mimica
Puoi diventare un altro
Ma due occhi che ti guardano
Cos vicini e veri
Ti fan scordare le parole
Confondono I pensieri
Cos diventa tutto piccolo
Anche le notti l in àmerica
Ti volti e vedi la tua vita
Dietro la scia di un'elica
Ma si la vita che finisce
E non ci penso poi tanto
Anzi si sentiva gi felice
E ricomincio il suo canto

Te voglio bene assai
Ma tanto tanto… bene sai
e una cantena ormai
Che sciogliei sangue dint'e vene sai...

Cuento cortísimo

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A Fernando lo conocí en la sala de terapia, cuando Cecilia estuvo mal, veníamos de una estadía demasiado prolongada en Bilbao. Prolongada a la fuerza, por dos grandes motivos, aunque el que más nos forzó fue la enfermedad de Cecilia. Me acuerdo que los médicos no sabían qué carajo tenía, no le encontraban nada, se cansaron de hacerle tomografías y análisis de sangre. Todavía no saben qué tuvo.
Por suerte, ella se curó y hoy tenemos una familia hermosa. Pero esta no es la historia de Cecilia, sino de cómo conocimos a Fernando.
Mañana se casa, Fernando. Estamos contentos, porque lo vemos mejor, está más gordo, ahora se dejó la barba, que lo hace más viejo, y no parece importarle. Paz no lo deja tranquilo, y él la lleva a la plaza, a la heladería, parece que la quiere malcriar más que nosotros, que somos los padres. Cecilia me dice que no deje de comprar arroz, para darle buena suerte a la pareja que se casa, le digo que no joda, que ya compré.
La cuestión es que a Fer lo conocimos en la sala de terapia. Cecilia estaba en una cama, toda pinchada, y yo salí al pasillo a tomar un poco de aire, no soportaba más verla hecha un pollito mojado. Fernando salió de la misma sala, caminaba despacio de una punta del pasillo a la otra. Se me acercó para pedirme la hora. Eran las tres y cuarto del siete de Agosto. Nos pusimos a charlar, fuimos a la cafetería del Hospital. Pedimos dos cortados. Los tomamos con mucha azúcar. Me contó que él estaba cuidando a su pareja, con quien convivía hacía un tiempo. Yo le conté de Cecilia, de cómo nos habíamos ido a España, a probar suerte, y ella se enfermó.
Cuando subimos a la sala, no nos dejaron pasar. Eran las cinco y media. Al otro día le presenté a Fernando a Cecilia. Le sonrió desde atrás de los tubos, y me miró a los ojos, como preguntando quién era. Nuestro nuevo amigo, le dije. La pareja de Fernando había empeorado durante la noche. Se dejó ganar a la madrugada. Cuando lo ví a Fer abrazando a Gabriel, llorando, diciéndole que lo amaba, y que nunca se iba a perdonar no haber estado ahí, entendí que un hombre puede amar a otro hombre, tanto como yo amo a Cecilia.
Mañana se nos casa Fer, con un tano que conoció hace dos años. Y Paz va a llevar los anillos en la ceremonia que vamos a hacer en casa. Cecilia va a oficiar de sacerdotisa.

Probaste con un Activia? (?)

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Tomando como ejemplo este post,
tomo la posta y contesto, sin repetir, sin soplar y sin hacer memoria:


1) Dónde guardaste durante el viaje el boleto del último colectivo que tomaste?

2) De qué color es el portero eléctrico de tu casa?
3) De qué color es el interruptor de la luz del pasillo de tu edificio?
4) El botón del timbre del encargado de tu edificio, en el portero eléctrico, está arriba o abajo?
5) El buzón del edificio, dice "buzón" o "correo"?
6) Cuántos escalones hay
en la entrada de tu edificio?
7) En tu baño, la punta del rollo de papel higiénico sale hacia arriba o hacia abajo?

8) Qué marca de dentífrico estás usando?

9) Y de detergente para los platos?
10) Qué color de calzón tenés puesto?

11) y de medias?

12) (para madres) que color de calzón le pusiste hoy a tu hijo?

13) Qué zapato te ponés primero?

14) Cómo es el nombre de tu maestra de primer grado? (fácil)
15) y el nombre de la maestra de cuarto? (jeje!)
16) De qué color es la lapicera que tenés en la cartera/bolsillo?

17)Cómo se llama el último libro que terminaste de leer?
18) Cómo se llama el super chino que está más cerca de tu casa?

19) Cuántas lamparitas hay en tu casa ?(las que encienden y las quemadas que no cambiaste)
20) De qué marca es tu plancha?

1) En el bolsillo derecho de la campera
2) Es de bronce, asi que dorado
3) Es un boton luminoso de color rojo
4) Esta abajo, a la derecha
5) Dice Correo
6) hay uno, mas cuatro
7) Hoy, hacia arriba.
8) Colgate
9) No tiene marca, lo compramos suelto por bidon, aunque la botella sea de ALA
10) Negro
11) Estoy en patas
12) No soy madre
13) El derecho
14) Graciela
15) Creo que Laura
16) Tiene tinta azul, aunque el cuerpo de la birome es negro
17) Rayuela
18) San Lin
19) En la cocina 4, mas 2 en el living, mas 1 en el pasillo, 2 en el baño, una en mi pieza y otra en la pieza de mi vieja y una en el lavader, y dos en el plafon de arriba de la puerta, del lado de afuera.
20) Phillips

Creo que sin repetir, soplar ni hacer memoria, conteste bien 19 (no me acuerdo el nombre de mi maestra de 4º grado, ni haciendo fuerza)



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A 30 años blues


El otro día descubrí algo que haría temblar las raices de la cristiandad,y yo me ganaría la hoguera si dijera lo que es,por eso mismito les voy a contar.Que oigan los que quieran.Ese Hombre que dió la vida por los pecados de la humanidad,que clamó a su padrea hora y en la hora de su muerte amén, no nació en Belén, sino en una casita de Solentiname,y en un barrio pobre de Managua,y también nació en un zaguán de San Telmo, y en un rancho de La Habana.Tampoco es cierto que muriera clavado a la Cruz del Calvario,ni que lo toruraran con espinas en las sienes.No, él murió crucificado en una camilla de torturas,castigado por alfileres en los ojos y picana en los huevos.Además, no se llamaba Jesús. Se llamaba María Ernesto Carlos Esther Graciela Marcos Mario Pedro Roque.Lo que sí es cierto,y en esto estaremos de acuerdo, es que murió pensando en la persona que amaba.Eso sí, murió calladito la boca, sin pedir disculpas por pensar,ni por predicar la igualdadentre hermanos,murió hace dos mil añosy volvió a morir hace treinta,y volvió a morir hace diez minutos.

Este texto en realidad es un poema que escribi el año pasado, pero me gusta así tambien. La foto, si bien no tiene que nada que ver con el texto, o tiene todo que ver con el texto, me impresiona mucho.

34 años...

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Es masomenos lo que siento por vos.

tante grazie

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Recien vi un video de ellos cantando en la cancha de Boca.
Debo reconocer que nunca le haia prestado atencion al señor del pañuelo.
Me hizo emocionar hasta las lágrimas.

Chau, Lucho, te vamos a extrañar.

1 año y 8 meses

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qué aguante, nena...

chistonto

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bueno loco, qué quieren? Estoy emboladisimo y no sé usar el paint...

nueva sucursal

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nueva sucursal.
pasen y vean

tengo

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deuda con el banco
un laburo cómodo
muchos amigos
una mujer que me ama
muchos mates
muchas tarjetas para suma puntos (que nunca canjeo)
el pelo muy ondulado
amigos en al menos tres países (además de Argentina)
como 300 libros (de los cuales no recuerdo ninguno)
ganas de tomarme unas vacaciones
varios álbumes de figuritas incompletos

bdáh

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A veces siento una mordaza en la cabeza. Algo que no me deja decir lo que quiero decir. No, no es autocensura. No vayan a creer. Es como si no tuviera ganas, o como si alguien me tapara la boca.
Me acordé de esto:

"Quiero gritar
y no puedo.
Tu boca no me deja."


Tambien me acorde de ésta foto, que me sacó un amigo, hace unos años:


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Empiezo el miércoles




más videos: acá

habemus cardinalis

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Acà les presento a mis dos mascotas: Chicha y Woodstock.
Chicha es una cardenala, y es más vieja (es la de copete más rojo)
Woodstock es un cardenal, y es más pichón (por eso el copete anaranjado)
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Te quiero recdordar como en esta foto.
Riéndote.
Andá saber de qué.
Pero riéndote.

de big bráder

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anoche agarré (por enésima vez) Rayuela y empecé a leerla. No podía leer en mi cama, así que me levanté, me puse una bufanda y salí a tomarme un bondi. Y leí y leí. Y descubrí frases y parrafadas enteras, como si las estuviera leyendo por primera vez, y me pareció que antes no estaban esas palabras en esas páginas. No pude evitar una risa cuano leí el siguiente pasaje:

-Lo absoluto -decía la Maga, pateando una piedrita de charco en
charco-. ¿Qué es un absoluto, Horacio?

-Mirá -dijo Oliveira-, viene a ser ese momentoen que algo logra su
máxima profundidad, su máximo alcance, su máximo sentido, y deja por completo de ser interesante.




si agrandan la foto, van a poder leer algo...
Bater: subtepass, in memoriam

snooowwww... whiiiiteeesnowwwwwww

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cuando me asomé y ví la nieve no pude dejar de traer esta imgen a mi cabeza....
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feliz cumple para la sombra de la izquierda!

poné pink floyd

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caminar sobre las tejas negras, despues de una noche de lluvia, viendo a la gente como hormiguitas pasando por su caminito, del que nadie las apartará jamás, sentir el viento que te sopapea la jeta, y te hace refalar, y caés en una espiral impertérrita, inacabada, imprefecta, adanbuenosayreana, eso se siente cuando tomás café en mal estado.
no seás chambón, y mirá bien las fechas de vencimiento.

oh, no! mástico!

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Felices 18 meses
ó 540 días (masomenos)
ó 12960 horas (masomenos)


y gracias por tanto.

Manual Practico de cómo ser un buen marido

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Siete preguntas de las mujeres que no se deben contestar nunca. Pero nunca, eh.

  1. ¿Vos me ves más gorda? (Salvo que esté embarazada de 9 meses, la respuesta es siempre NO)
  2. ¿Ella es mas linda que yo? (Si no querés que se divorcie de vos, decí siempre que no, que ella será mas joven, pero dentro de 10 años, va a tener unas patas de gallo como zurcos de arado)
  3. ¿Te gustan las milanesas que te preparé? (Sí, pero mamá le pone menos perejil y son más ricas)
  4. ¿Cómo me queda este vestido? (Ese vestido será siempre floreado, o fucsia con gris y amarillo)
  5. ¿Y si nos casamos en Agosto, así nos vamos de luna de miel a Bariloche? (Salvo que lo vengan planeando, pero ellas preguntan a la tercer salida, viste?)
  6. ¿Me estás escuchando? (La respuesta es, invariablemente, NO. Pero hay que disimular)
  7. ¿Y si para las fiestas invitamos a nuestros viejos a comer afuera? (Siempre tu suegra se va a ocupar de criticar la comida, y tu vieja el lugar)

8 cosas que ud no sabe ni desea saber sobre mí

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Yo te contesto por aca, para no perder la costumbre...


1) de chico le tenia miedo a los ruidos fuertes de las herramientas del taller de mi abuelo.
2) a pesar de tener años de asador, me cuesta un huevo prender el fuego. pero siempre lo logro.
3) tengo bichofobia (cucas, añaras, ciempieces, etc me dan mucha ¨cosita¨)
4) de mas chico terminé arriba del remolque de un camión por venir andando en bici y darme vuelta a ver a una morocha que pasaba. el camion estaba estacionado, graciadió.
5) soy cocinero y ¨respostero¨ autodidacta.
6) tengo una biblioteca enorme, que si sigue creciendo, me voy a tener que ir a dormir al baño.
7) acá no sé qué poner.
8) te conozco mas de lo que creo, y menos de lo que quisiera.

estemmmm... y tus antecedentes son...

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"Es también nuestra intención erradicar la corrupción, ofreciendo como norma
la honestidad, la idoneidad y la eficiencia. Con madurez y sentido de
unidades fácil pensar en la recomposición del ser argentino. Ese ser
argentino,basado en madurez y en sentido de unidad, permitirá inspirar para
elevarnospor encima de la miseria que la antinomia nos ha planteado, para
dejar, deuna vez por todas, ese ser "anti" y ser, de una vez por todas,
"pro":
"Pro argentinos"."

Jorge Rafael Videla el 25 de mayo de 1976

ta taaa ta taaan....

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The gypsy woman told my mother
Before I was born
I got a boy child's comin'
He's gonna be a son of a gun
He gonna make pretty women's
Jump and shout
Then the world wanna know
What this all about
But you know I'm him
Everybody knows I'm him
Well you know I'm the hoochie coochie man
Everybody knows I'm him....

Dale que aprendíamos a conjugar?

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Estaría bueno que tus propuestas se entendieran.
Estaría bueno que tus creativos aprendieran la diferencia entr el verbo ¨decir¨y el verbo ¨digerir¨ y sus conjugaciones.
Estaría bueno que, además, aprendieran la diferencia entre pretérito pluscuamperfecto y el futuro simple del subjuntivo.
Estaría bueno que tus carteles dijeran algo, en serio.

"M.M., Usted lo conoce"... sí, por eso mismo voy a votar a mi tía Eusebia.




apdéit: hoy pasé por la plaza Ejército de los andes, en Villa Luro. Vi un cartel de campaña política (y van...). El cartel en cuestion me llamó la atención, y me acerqué a ver más de cerca. Me sorprendí al ver a cuatro jóvenes de entre 20 y 30 años, una de las cuales tenía un bebé en brazos. Lo que me sorprendió, en realidad no fueron los jóvenes ni mucho menos el bebé. Lo que me sorprendió y me dió nauseas, fue observar que el cartel tenía una leyenda que profesaba: "para combatir la delincuencia", y un número de lista y el partido: MODIN. Ah, casi me olvido, los jóvenes y hasta el bebé tenían las caras pintadas cual Rambo en plena guerra del golfo....

tarde piaste

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George Foreman reclama en su nuevo libro que fue algo más que Muhammad Alí lo que lo noqueó en su pelea de 1974, ¨Rumble in the Jungle
De acuerdo a sus nuevas memorias, ¨Dios en mi esquina¨, Foreman dice que fue drogado en secreto previamente a su pelea de superpesados contra Alí en la Republica Democrática de Congo (entonces conocida como Zaire). El ex campeón dice que le fue suministrado un vaso de agua con un sabor extraño justo antes de la pelea.

"Casi lo escupo... Sé que esta agua tiene algun remedio", Dijo Foreman a su entrenador, de acuerdo al libro. "Subí al ring con el sabor de esa medicina perdurando en mi boca... Después del tercer round, estaba cansado como si hubiera peleado 15 rounds. ¿Qué sucedía? ¿Alguien puso puso droga en mi agua?

El entrenador de foreman negó que agua tuviera algo.

Alí ganó la pelea en el octavo, por knock out.
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http://www.26noticias.com.ar/adjuntos/imagen/51472.jpg

A este señor lo conocí a través de una pantalla. No sé por qué siempre me pareció un gran tipo, macanudo, amigote. El domingo, mientras leía el gran diario argentino en la web, me cruzo con la noticia de que nos había dejado. No entendí, al principio, pensé que se trataba de alguien más. Pero si el viernes lo vi en Mañanas Informales, y estaba jugando al golf con los amigos el domingo a la mañana. No podía ser, debía haber un error. Es la primera vez que la muerte de alguien a quien no conocí me da tanta pena.
Diría Miguelito:
"habiendo tantas balas que en este momento no le van a dar a nadie..."

Chau, Mario, recién te fuiste y ya se extraña tu voz en el mediodía de TN, y en las mañanas del Trece.
Te vamos a extrañar.

No comments

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imagínese esto, caro lector:
usted llega a la estación y se encuentra con las boleterías desiertas, pero no se preocupa, porque tiene boleto ida y vuelta. sube al tren como puede, porque es hora pico y viajan setecientas personas por vagón. usted, como todos los demás pasajeros, está cansado por un largo día en el trabajo. pasan diez minutos y el tren no sale, pasan veinte, treinta, cuarenta minutos y entonces la voz de la estación anuncia que no sale ningún tren porque se quedó una formación a la entrada de la estación (que tiene catorce andenes, ademas de los talleres, pero sólo dos vías para que los trenes entren y salgan). dígame, ¿usted, no sentiría bronca e indignación? ¿no le gustaría romper todo? cuántas veces nos dan ganas de prender fuego todo, pero nos contenemos porque somos una sociedad supuestamente civilizada. dice una canción: uno aguanta, aguanta, aguanta, hasta que un día no aguanta más y los manda a todos a la reputísima madre que los remil parió . esto es, creo, lo que pasó ayer. los usuarios del ex Roca se cansaron y rompieron todo. claro, lo que no pensaron, en el momento de furia, es que si los ferrocarriles reciben subsidios, ahora van a pedir más, para arreglar lo que los usuarios rompieron, y esa plata sale de los mismos bolsillos de los que rompieron todo y de todos los demás también. entiendo que te tratan mal, te ponen cara de orto cuando te atienden, dan un servicio de mierda y siempre pensé que sería lindo romper todo, pero ahora que lo veo, ya no me gusta tanto la idea.
no sé, la protesta, como tantas otras, es lícita; el método, tal vez no.

la frase del día

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y dijo el borracho:
¨Para un argentino, nada mejor que otro peronista¨

what are you laughin´ about?

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El viernes los conoció a Amperio y a la Rambonarda.
Ayer todavía estaba así.
La voy a tener que llevar al médico.

nueva fragancia

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Pía: terminé de leer Rayuela.
Yo: y, qué te pareció?
Pía: me encantó, además me hizo acordar mucho a vos. Ese libro tiene tu perfume, tiene olor a vos.


sigo desconcertado.

el merecido descanso

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mañana cumplo 24 años.
que son masomenos 8760 días,
o sea, aproximadamente 210240 horas,
lo que representa un total estimado de 12614400 minutos,
que vienen a ser 756864000 segundos.

creo que merezco una siesta, no?

apdeit:los regalos:
un buzote celeste, una remerota roja con letras blancas: mi vieja.
un cuchillito bien pulido y afilado y una caja de pino bien lustrado: mi viejo.
Genealogía del racismo (Ed. Altamira): mi hermano.

Dejá de robar!!!!!

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interesado por culpa de ella (para variar) entre al ¨blog de Tamara DiTella¨ y me encontré con ésto (remarco las partes que me llamaron la atención):

Tamara Di Tella es periodista en temas de salud y fitness. A los diecisiete años partió para Inglaterra y Estados Unidos donde realizó una larguísima carrera universitaria que culminó en tres títulos, B.A. M.Sc. y Ph.D. candidacy, de la London School of Economics y Stanford, entre otras universidades. Publicó ocho libros y numerosos artículos y videos. Fundó y es editora de uno los primeros portales del país en salud y fitness, www.cuerpodiet.com y también de www.pilatesfranchising.com y www.tangolates.com, entre otros. Escribió en Para Ti, First y Cosmopolitan. Ahora lo hace en la revista Viva y participa en programas de T.V. y radio. Es miembro del Programa de Directores Internacionales de IDEA, la Asociación de Salud y Fitness más prestigiosa de Estados Unidos. Vive en Buenos Aires con su marido, Torcuato Di Tella, y sus dos hijos. En su tiempo libre es empresaria, siempre en temas de salud, fitness y vida sana.


notas a lo remarcado:
1) ¨periodista en temas de salud y fitness¨? dejate de joder! Con razón escribe en la Viva.
2)
¨B.A.M.Sc. y Ph.D.¨ (claro la London School of Economics te forma como medico fisiatra)
3)
señora, recuerde que usted no inventó el Pilates, sino el Dr. Joseph Pilates, que lo inventó para los soldados heridos en la guerra, como método de ejercicios de recuperación y rehabilitación.

Para terminar: Tamara, dejá de robar, es poco serio. Claro que menos serio es que la gente te pague por arquear la espalda sobre una pelota, o hacer ejercicio sobre una camilla.

Yo manifiesto

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No sé de dónde sacaste la información. No sé si lees este blog o si leíste el otro. No sé si fuiste vos o mandaste a alguien. No sé por qué sos tan cagon@ de dar la cara. No sé por qué no te buscas algo mejor que hacer a las 3 de la madrugada. No sé si vas a volver a llamar o no.
Pero te digo una cosa:

Te podés ir a la reputísima madre que te remil parió con tus mensajes amenazantes.

Tiene razon mi vieja

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La segunda enmienda de la Constitución de los EE UU garantiza el derecho de portación y uso de armas a los ciudadanos estadounidenses. La segunda enmienda garantiza que si voy a una armería y pago, en 15 días me dan desde un arma calibre .22 hasta armas de guerra, como un lanzallamas, una ametralladora Uzi o hasta un lanzamisiles. Básicamente lo que la segunda enmienda dice es:
Being necessary to the security of a free State, the right of the people to keep and bear Arms, shall not be infringed.

traduzco:

Siendo necesario para la seguridad de un Estado libre, el derecho del pueblo de tener y portar Armas, no será infringido.

Esto es: usted tiene derecho a ser libre, por lo tanto es libre de portar armas, por lo que es libre de usar esas armas en defensa de su libertad.
Lo que pasó ayer en la Virginia Tech no está bien, no está amparado en la segunda enmienda. Pero cuando este señor compró sus armas, sí estaba amparado en la segunda enmienda.
Los billetes de un dólar lo dicen, la constitución lo dice, el Congreso lo dice: In God We Trust (En dios confiamos).
Dios dice: No Matarás.

Tiene razón mi vieja cuando dice que por eso después pasan las cosas que pasan

A ver, Giménez, conjúgueme ésta...

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envestir.

(Del lat. investīre).

1. tr. investir.

2. tr. ant. revestir (cubrir).

MORF. conjug. actual c. pedir.




embestir.

(Quizá del it. investire, acometer).

1. tr. Ir con ímpetu sobre alguien o sobre algo. El toro embistió al torero. U. t. c. intr. Ese toro no embiste. U. t. en sent. fig. El camión embistió contra la pared.

2. tr. coloq. Acometer a alguien pidiéndole limosna o prestado, o bien para inducirle a algo.

3. tr. Mar. Dicho de un barco: Venir contra otro o dar sobre la costa o un bajo, bien de manera intencionada, bien arrastrado por el viento o las aguas.

4. tr. Mil. Atacar una plaza, una posición, etc.

MORF. conjug. c. pedir.


¿A qué viene esto? A que los muchachos del gran diario argentino parecen no saber la diferencia entre los dos verbos:

Ocurrió esta mañana en la avenida Rivadavia al 6700. Un interno de la línea 49 envistió de atrás a otro de la línea 86. Seis ambulancias llegaron al lugar y trasladaron a los lesionados a los hospitales Alvarez, Durán y Piñero.





Sobisch, estás nominado

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Creo que es hora de que estos irremediables jodedores de familias se dejen de admitir a cualquier loco para formar parte de las fuerzas que se suponen fueron creadas para defendernos.
Lo que no creo es que una bandada de maestros reclamando sea un ¨enemigo interno que puede poner en riesgo la seguridad nacional¨, como dice el discurso del señor ingeniero padre de Axel y del niño Mauri.
Este personaje que escribe en este blog, que del otro lado de la pantalla no es nada mas ni nada menos que un futuro docente, repudia cualquier tipo de violencia hacia las personas que piden algo justo.
Ya sé que está muy quemada la frase, pero no puedo evitar usarla:

NUNCA MÁS.

Nunca más un policia tirando gases lacrimógenos dentro de un auto, a cinco metros de distancia.
Nunca más un gobernador, que habiendo dado la orden, dice: estamos buscando a los responsables.
Nunca más un gobernador que pide la renuncia de todo su gabinete, pero siendo él mismo el responsable, hacer campaña para ser presidente.
Nunca más un gobernador que ante la pregunta sobre otro caso impune en su provincia conteste: eso lo dejamos para otro momento.

Al maestro con cariño

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post dedicado a todas las almas libres que alguna vez se rieron con sus dibujos.

dibujo de Oski
lápices Faber-Castell míos.

Ciclotimia

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Con Neroncio está todo bien...




Pero ojo....




Porque en cualquie momento se enoja, y se pudre la fruta, eh.

¿son argentinas?

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No sé. Yo no había nacido. Siempre me contaron. Pero esto es lo que pasa cuando un comandante en jefe ve la vida a través de un vaso de whisky. Hasta que vaso se hace añicos.

mirá, mirá, un (_I_)

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y dijo el ganso: puedes besar mi emplumado y blanco trasero!

Los poseídos entre Lilas

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Este post es largo, pero vale la pena (creo).
Dedicado a María Paula, que ese día no vino. Desde ya, click en las imagenes para agrandar.


Segismunda: Es verdad que renuncié a ser una persona. No obstante, vivo. ¿Por qué? No lo sé. Pero es así y sufro.

Seg: Cómo está tu inconsciente?
Car: Mal.
Seg: Cómo está tu superyó?
Car: Mal.
Seg: Pero podés cantar.
Car: Sí.

Macho: La máscara! Una omelette!
Seg: Maldito seas entre todos los mortales.
Macho: El antifaz! Una milanesa!
Seg: Nada más peligroso que los viejos. Disfrazarse y comer, no piensan más que en eso.
Macho: La careta! Niños envueltos!
Seg: Dale niños envueltos y que se calle.
Car: No hay más.
Macho: Quiero niños envueltos y vacío al horno!
Seg: Dale un chupetín.

Macho: Está duro, no puedo!
Seg: Encerralo en el gallinero.


Macho: Besame, tocame. Tocame un nocturno.
Futerina: No puedo con el triciclo entre las piernas.
Macho: No te hagás la monja portuguesa, vení, acercate.




Seg: ¿Qué dicen los diarios del sátiro?
Car: Que murió.
Seg: Pero si me gustaba. Hasta recorté su foto...


Seg: ¿Verdad que es verdad que es verde?
Car: Parecer, parece verde.
Seg: ¿Cómo que parece verde? ¿Es verde o no es verde?




El chino: Tengo marionetas y autómatas y homúnculos y un ramo de cardos que me recuerda días idos...
Seg: Le compro una marioneta y váyase a la mielda.


Macho: Aquí llega el Mahatma Gandhi de las rueditas, el Confucio del eterno triciclo, la Juana de Arco del autotransporte, el Napoleón de los vehículos, el Atila de los tres, el Pío XII de los pedales, el Lautreamont.
Seg: Cuidado. No te metás con el Conde...


Car: He vivido entre sombras. Salgo del abrazo de las sombras. Me voy porque las sombras me esperan. Seg, no quiero hablar, quiero vivir...


TELÓN


He aquí el elenco:
de izquierda a derecha:
Futerina, Macho, Segismunda, Carol.

qué le anda pasando al Neroncio?

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parece ser que el Neroncio anda medio chinchudo, la pregunta es ¿por qué?
la respuesta, por ahí se la damos mañana.

paso a paso

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ok, ya tengo la tapa, sólo me faltan algunas ilustraciones para el interior, que voy a desarrollar de a poco, para ilustrar algunos textos. pero esto ya es un comienzo...

Que los cumplas feliz

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Hoy cumple China Zorrilla, la más argentina de las uruguayas, o al revés, no sé.
Felices 85, viejita linda, te queremos..



nota: Juan Carlos Blogger no quiere a china como la queremos nosotros, por eso no me deja subir la foto, así que más tarde vuelvo a intentar.

update: Juan carlos Blogger ya depuso su mala actitud y me dejo subir fotos.
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ayer me desperté y te ví levantada, caminando por la habitación, riéndote. No podía dejar de mirarte, más hermosa que nunca. Entonces te dije:
-en el centro del amor estabas vos, esperándome.
Entonces me miraste, sonreíste y te tiraste encima mío y me besaste. Y me pellizcaste, para que viera que no era un sueño.

El Chicho no se rinde

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La derecha mezquina y la i9zquierda puritana han dedicado buena parte de sus fervores a discutir si Salvador Allende se suicidó o no se suicidó.
Allende había anunciado que no saldría vivo del palacio presidencial. En América Latina, es tradición: todos lo dicen. Después, cuando ocurre el golpe de Estado, se toman el primer avión.
Habían pasado muchas horas de bombas y fuego y Allende seguía combatiendo entre los escombros. Entonces llamó a sus colaboradores más íntimos, que resistían con él, y les dijo:
-Bajen ustedes, que yo ya voy.
Ellos le creyeron y se fueron, y Allende quedó solo en el palacio en llamas.
¿Qué importa de quién fue el dedo que disparó la bala final?


Eduardo Galeano, Celebración del coraje/4, en El libro de los abrazos.

y qué importa que nos llamen los mareados

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Hace 14 meses que soy feliz.
hace 14 meses que descubrí al amor de mi vida.

insisto: gracias, mi vida, por soportarme.

El cantor

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Cuando Alfredo Zitarrosa murió en Montevideo, su amigo Juceca subió con él hasta los portones del Paraíso, pñor no dejarlo solo en esos trámites. Y cuando volvió, Juceca nos contó lo que había escuchado.
San Pedro preguntó nombre, edad, oficio.
-Cantor- dijo Alfredo.
El portero quiso saber: cantor de qué.
-Milongas- dijo Alfredo.
San Pedro no conocía. Lo picó la curiosidad, y mandó:
-Cante.
Alfredo cantó. Una milonga, dos, cien. San Pedro quería que aquello no se acabara nunca. La voz de Alfredo, que tanto había hecho vibrar los suelos, estaba haciendo vibrar los cielos.
Y Dios, que andaba por ahí pastoreando nubes, paró la oreja.Y contó Juceca que ésa fue la única vez que Dios no supo quién era Dios.

Eduardo Galeano, en Las bocas del tiempo.


yapa:

Coco Valentin

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El dia que te conocí no sentí mariposas en el estómago. Tampoco me transpiraban las manos. No me enamoré de vos apenas te ví. Sé que vos tampoco.
Pero un día te desmayaste y yo te ayudé como pude. Otro día estaba discutiendo con un amigo de literatura, filosofía y política, y ahi me descubriste.
Otro día (hace casi 16 meses), te besé. Dos semanas después me dí cuenta de que te extrañaba, y te llamé para ir al cine. Cuando te vi, me temblaron las piernas y sentí cosquillas en el corazón.
Me dí cuenta de que te amaba (te amo), y te pedi que fueras mi novia.
Un día quedaste embarazada de un hijo mío. Y fui feliz por un rato, porque lo perdiste, y yo me sentí (me siento) mal, porque no pude hacer nada. Y me dí cuenta de que te necesitaba, y que vos sos la mujer con la que quiero estar toda la vida.
Y te pedí que te casaras conmigo. Me besaste como nunca (esa es tu forma de decirme que si). Nos comprometimos.
feliz día de los enamorados, que no es distinto a ningún otro día al lado tuyo.

Gracias, mi amor, por soportarme.

estoy aliciabruzzeado (in memoriam)

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chau, gorda, te vamos a extrañar....

Pa que se sepa

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mi laburo es masomenos asi (pero con mucha gente):
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ayer, hablando con una señora cubana:

ella: pero vos sos argentino o uruguayo?
yo: argentino, pero, cómo supo?
ella: hace muchos años escuché un acento igualito al tuyo, en la Habana, yo era pequeña, pero nunca se me olvidó ese acento. Es el acento mas lindo que conozco.
yo: gracias. que tenga buen dia..
ella: tu tambien, y que Dios te bendiga.

Obviamente, la señora había oído a Ernesto Guevara.

Se me piantó un lagrimón.