Cinco minutos de ridiculez

Hoy. 8.30 am. Me subo al 2. saco mi boleto. busco un asiento. me toca al lado de un viejo. llegando a Liniers se desocupan los dos asientos que estan adelante mio. me paso al del lado de la ventanilla. en Liniers se sube una vieja, se sienta al lado mio. se desocupa un asiento individual y la vieja se cambia. Se sube otra señora y se sienta al lado mio. se produce el siguiente diálogo:

(yo venia escuchando Cual es?)
señora: se puede correr un poco hacia alla?
yo (sin sacarme los auriculares): perdon?
s: se puede correr un poco, que no entro en el asiento?
yo: señora, tengo la ventana, sónde quiere que me meta?
s: no se, correte, y podrias cerrar las piernas, ocupas todo así.
yo: (riéndome ante lo ridiculo del pedido): señora, si cierro mas las piernas, me aprieto los huevos, y eso duele.
s: (cara de ojete): maleducado.
yo: además, si no entra, no es culpa mía, achíquese el culo y va a entrar cómoda.


no sólo no cerré las piernas (si las cerraba me iba a doler), sino que tampoco me corri (no tenia a dónde), y la señora viajó con medio culo afuera del asiento hasta Flores.