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Esto me llego por cortesia de Juanjo (cronopio incurable), aca se los dejo, hagan lo que quieran con el texto...

A continuación transcribo un fragmento del último trabajo de "Cuebrón Timbal". Espero les cause molestias.

Jeri Bulkás descubrió una particularidad de nuestra lengua; si uno toma la expresión ?nosotros tenemos el poder de cambiarte? y desea contraerla, puede decir ?nosotros te cambiamos? (nota del transcriptor bruto y metido: es conveniente leer esta última cadena entrecomillada con tono de promesa o amenaza).
Lo mismo sucede con ?nosotros tenemos el poder cambiarlo?; puede decirse ?nosotros lo cambiamos?.
El problema surge si uno quiere decir ?nosotros tenemos el poder de cambiarme?. ¿Cómo se contrae eso? ?¿Nosotros me cambiamos?? ?¿nosotros me cambio??. Suena fulero.
La conspirativa cabeza de Bulkás concluyó que la misma estructura de nuestra lengua estaba influida de un egocentrismo perverso y, con la ayuda del lingüista calchaquí Aytanavia inventó el ?cabulero?, un dialecto en el que conjugar un verbo en primera persona es casi un error gramatical, y los sustantivos llevan prefijos anímicos.
¿Curioso, verdad? Es que las cosas no empiezan donde el poder dice que empiezan, por eso pueden terminar donde el poder no quiere que terminen.

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