Intrapolaciones

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a ustedes, que se lo merecen

Cuando Mariana me estrapola la catulpa, yo me pongo jofo como una miràcola y le remulgo que se vaya al recàlpato, entonces ella, mintrada y enjodafa me contrafoja un lipùnjafo en medio de la mànjora. Ahi es cuando la señora Cleta, que vijuja en casa, se inmuscafa y clapetea a Mariana y entre las dos me arremejan por la ventana. Entonces lisonfa el oficiaculo Mendes que se acrepuja susplacando la manìpula en tono amedentrador. Pero Cleta le remulga un jofo en medio de la caràcula y treminamos todos en la comisacàrida por ecsaprutos en la via publialgica. Y desde entonces Mariana y yo solamente discruptamos en la piecita del fondo de casa...

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